Móntelo usted mismo

O mónteselo usted mismo. Lo que prefieras.
Llegas al aparcamiento y te preguntas qué narices hace tanta gente en este sitio. De modo que tras 30 minutos dejas el coche en el aparcamiento del burger king (¡!). Y así, amigos comienza la historia de un día en IKEA, de cualquier día en IKEA. Ahora pasaré a describir las especies ¿pensantes? que pueblan ese maravilloso lugar (espero que nadie se sienta ofendido/a, aunque después del día que pase, la verdad es que me da igual):
- Pareja de moda. Es esa pareja (no necesariamente heterosexual) que van vestidos con lo último de Stradivarius o donde quiera que se compren esas horteradas (estoy por vender mis camisas arrugadas como prendas de diseño. Si ellos lo hacen ¿por que yo no?) con más maquillaje que una puerta (si queridos amigos, en ocasiones cuesta mucho decidir cuál de los dos lleva más maquillaje), y buscando muebles estrambóticos. Redecora tu vida.
- Señora mayor que se cree joven. Hay muchas de estas, y se les oye contínuamente la frase "Es que quiero dar un cambio, redecorar la casa. Por completo" vamos, que parece un maldito anuncio. Ni hecho a propósito. A veces van acompañadas de amigas que no hablan (o al menos no se las escucha bajo los incesantes graznidos de la otra), sólo asienten y afirman que eso es lo mejor que puede hacer.
- Familia de picnic. Mi favorita. Destaquemos antes de tratar este grupo las grandes ofertas de IKEA: A la entrada, un parquecito (yo lo llamaría pecera) donde meter a los niños durante tres horas para que no den el coñazo (sospecho que los niños han encontrado la manera de fugarse, ya que los pasillos están llenos de ellos). Luego, hay una zona de productos infantiles, tales como "sillas huevo" donde meter al niño, dejarlo encerrado y dar vueltas a ver si se marea, con el consiguiente vómito; mazos de madera (¡¿?!) con el que atizar a todo visitante que se cruce en su camino (especialmente aquellos que llevan objetos de cristal); y otros artilugios, verdaderas maravillas de la ciencia, tales como peluches sacados como poco de "happy tree friends" (pero del final del capítulo), rodillos sonajero (estos suecos...) y otros elementos que os invito a que descubráis por vosotros mismos. El últmo lugar de IKEA para los niños es el comedor/restaurante. Si, como era de esperar, y siguiendo el hilo de todo esto, vemos que no podría ser de otra forma, en el centro del restaurante hay un "corral" donde meter a todos los niños. Con todos los padres. Es que son inseparables. Es una gran idea, pensémoslo detenidamente, si un niño llora todos los demás harán lo propio, con lo que nos ahorramos tener que escucharlos por separado (los lloros a 3, 6 y hasta 12 voces son merecedores de aplausos, a veces hasta salen a saludar varias veces) y otra ventaja de esto, se ahorran el poner un hilo musical.
Ahora hablemos de la familia. ¿Que tipo de padres perversos llevan a los hijos, abuelos, sobrinos, tíos, amigos, etc, etc al IKEA? es alucinante, todo un espectáculo, ver a la familia Pérez al completo corriendo detrás de los niños, charlando con los conocidos del lugar (si, IKEA es como el propio barrio para algunos), criticando a la manolita, poque que novio se ha echado la manolita, que estirón ha pegado la manolita, se ha puesto lentillas la manolita, es que la manolita ya tiene 14 años, y la madre de la manolita chsshhh, que va por allí alante, joder, y también la manolita, y viene con los padres, abuelos, amigos, tíos... he de agradecer a IKEA el hacer posible que, mientras llevas un carro cargado de un armario que abulta como si viniera montado debajo del cartón te encuentres en pasillos atestados de estas adorables criaturas. Es un sueño hecho realidad, sentirme como Luke Skywalker esquivando lásers, misiles y Tie Fighters, o niños, abuelas y carritos de bebés, que viene a ser lo mismo.

Por lo menos los muebles se montan bien.

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